Francisco en Chipre. Migrantes y refugiados: las cosas como son
No podemos quedarnos callados: son verdaderos campos de concentración
“Pienso en muchos que tuvieron que volver porque los rechazaron y terminaron en campos de concentración, verdaderos campos de concentración, donde las mujeres son vendidas, los hombres torturados, esclavizados”, dijo el Pontífice, al recordar que no son solo los esclavos del pasado, “los de los nazis, los de Stalin” sino lo de hoy: ¡Está sucediendo hoy, en las costas cercanas! Puentes de esclavitud. “Es la guerra de este momento, es el sufrimiento de hermanos y hermanas que no podemos callar”, añadió el Papa. “No podemos quedarnos callados y mirar para otro lado, en esta cultura de la indiferencia”.
La brutalidad de la migración pone en peligro la propia identidad
A la Hace que la persona se pregunte quién es y dónde están sus raíces. “No somos números ni individuos que haya que catalogar –subrayó Francisco- somos hermanos, amigos, creyentes y prójimos los unos de los otros”. Y añadió que cuando los intereses de grupo o los intereses políticos, incluso de las naciones, presionan, tienden también a esclavizar sin que nos demos cuenta: «El amor -dijo- que es amplio, que es contrario al odio, el amor nos hace libres”
La comunidad de cristianos es “una comunidad en camino”
“No nos deben asustar las diferencias entre nosotros sino, más bien, nuestras cerrazones y nuestros prejuicios, que impiden que nos encontremos realmente y que caminemos juntos. Las cerrazones y los prejuicios vuelven a construir entre nosotros ese muro de separación que Cristo ha derribado, es decir, la enemistad».