Para la reflexión sinodal

Para la reflexión sinodal

Pensando en las personas migradas y refugiadas y desde ellas


En el manual oficial para la escucha y el discernimiento en las iglesias locales, conocido como VADEMÉCUM PARA EL SÍNODO SOBRE LA SINODALIDAD, se nos pide que “para participar plenamente en el acto de discernimiento, es importante que los bautizados escuchen las voces de otras personas en su contexto local, incluidas las personas que han dejado la práctica de la fe, las personas de otras tradiciones de fe, las personas sin creencias religiosas, etc.”; así como que “debemos tener especial cuidado en hacer participar a aquellas personas que corren el riesgo de ser excluidas: las mujeres, las personas con discapacidades, los refugiados, los migrantes, los ancianos, las personas que viven en la pobreza, los católicos que rara vez o nunca practican su fe, etc.”

Son preguntas para usar en encuentros tanto con personas que acompañan a las personas migradas y refugiadas en las parroquias, grupos o comunidades, como con las propia personas migradas o refugiadas.

PARA AYUDAR EN LA REFLEXIÓN SINODAL…
EN GRUPOS – COMUNIDADES – PARROQUIAS
1. En el caminar habitual de la Iglesia en Getafe, ¿hay personas o grupos que son dejados al margen, expresamente o de hecho? ¿Qué espacio tiene la voz de las minorías, de los migrantes de los descartados y de los excluidos? ¿Existen prejuicios y estereotipos que obstaculizan nuestra escucha?
2. ¿Qué experiencias de diálogo y de tarea compartida llevamos adelante con los creyentes de otras religiones y con los que no creen? ¿Qué relaciones mantenemos con los hermanos y las hermanas de otras confesiones cristianas? ¿Qué frutos hemos obtenido de este “caminar juntos”? ¿Cuáles son las dificultades?

CON LAS PERSONAS MIGRADAS O REFUGIADAS
1. Comparte tu experiencia respecto a la acogida y el proceso de integración que has vivido en tu parroquia o en la Iglesia. ¿Cómo te has sentido? ¿Qué deberíamos cambiar o modificar para mejorar?
2. Tu experiencia de Iglesia allí donde vives, ¿en qué medida te ha acercado o alejado de la fe en Jesús y la práctica religiosa? Por ejemplo, ¿podrías sugerir cómo integrar mejor la diversidad cultural y las diferentes sensibilidades religiosas en el modo de celebrar, orar, transmitir la fe y compartir la vida?
3. ¿Cómo puedes contribuir ahora a seguir acogiendo e integrando a otras personas o familias? ¿Qué puede aportar tu comunidad de origen a nuestra Iglesia diocesana?
4. Tanto si eres católico como si tienes otras creencias o religión, ayúdanos con tus propuestas a que, como Iglesia, pongamos el bien integral de las personas en el centro de nuestra actividad, para que las familias migradas se sientan mejor acompañadas e integradas en la Iglesia y en la sociedad.