Jornada sobre la Trata 2022 en Getafe
Entender qué es la trata de seres humanos para ayudar a combatirla y, sobre todo, apoyar a las víctimas
En torno al lema “Hablemos de Trata de Personas”, el 2 de abril ha tenido lugar en el Hospitalillo de San José de Getafe, la 1ª Jornada sobre la trata, organizada desde el equipo de Trata de la Delegación Diocesana de Migraciones.
Es una primera convocatoria destinada a gente interesada con el tema, de modo que ayude a construir desde bases sólidas el Equipo sobre Trata que se está formando en la diócesis de Getafe desde la Delegación Diocesana de Migraciones.
El objetivo ha sido dar a conocer y sensibilizar ante la realidad que viven estas personas víctimas de trata en todas sus formas.
El primer paso es precisamente fijar de qué hablamos cuando hablamos de trata, en qué se diferencia de otras realidades como el tráfico de seres humanos y cómo es un fenómeno que no se circunscribe a la explotación sexual.
La apertura y presentación de la Jornada corrió a cargo del delegado diocesano de migraciones, Fernando Redondo, y de la responsable del nuevo equipo de Trata, Isi Curieses. Mostraron su satisfacción por el encuentro, agradecieron la presencia de los asistentes y les animaron a participar en él y en lo que va a representar el Equipo de Trata, para cuyo desarrollo esta Jornada es un paso adelante.
Pilar Ladrón Tabuenca, profesora de Derecho Procesal en la Universidad de Alcalá, centró el tema para saber de qué hablamos cuando hablamos de Trata. Hablamos de una realidad con mil caras. La dimensión policial, la social o la jurídica nos dan luz, pero ninguna agota la realidad y todas están relacionadas. Nos encontramos ante el tercer delito más lucrativo, sólo por detrás del comercio irregular de armas y del narcotráfico. Una captación en origen sencilla, basada en la necesidad o la ilusión de la víctima y en el engaño, que está en el origen de una auténtica esclavitud.
“No juzguemos, son víctimas. Preguntémonos qué historia tiene detrás cada una”
Tomás Santamaría Suárez, Inspector del Cuerpo Nacional de Policía y Jefe del Grupo VI de la UCRIF de Madrid, donde actúa como Interlocutor Social para la trata de seres humanos, nos ofreció la perspectiva policial. Nos habló de cifras, de realidades concretas y de cuál es el lugar de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Su unidad atiende específicamente a la trata de personas y lo hace de modo que su intervención nunca dañe la situación las víctimas, muchas veces en situación irregular o forzadas a la comisión de delitos. Aprendimos que todos podemos contribuir a detectar situaciones de trata a través de indicios, pero que sólo a ellos corresponde identificar y actuar en coordinación con la fiscalía.
Lo primero no es perseguir al malo,
es proteger a la víctima
(Tomás Santamaría, Inspector CNP)
Ana Almarza Cuadrado, religiosa Adoratriz, con una larguísima experiencia en la atención a víctimas de trata desde el Proyecto Esperanza, nos propuso cuáles pueden ser las claves del proceso de acompañamiento. También nos mostró el impacto humano de la trata no sólo en la salud física y sexual de las víctimas, sino también en su equilibrio mental y social.
“De víctimas a supervivientes. De supervivientes a ciudadanas”
Marifran Sánchez Vara, directora del Departamento de Trata de la Conferencia Episcopal Española completó las ponencias poniéndonos al día sobre las respuestas de la Iglesia a esta realidad. Un trabajo que se lleva a cabo en red con entidades de inspiración cristiana que trabajan desde congregaciones religiosas y ONG y que en este momento tiene presencia propia en 26 diócesis, entre ellas la nuestra de Getafe.
“La trata es un agravio a la dignidad del ser humano”
Una vez concluidas las ponencias, hubo un tiempo de diálogo donde se aclararon dudas. Para muchos de los asistentes era la primera vez que se acercaban a esta realidad y pudieron hacerlo con la ayuda de gente con formación y experiencia.
Finalmente tomó la palabra Aurelio Carrasquilla, Vicario Episcopal para la caridad y la acción social de la diócesis de Getafe quien dejó clara la apuesta del Obispado para que esta realidad sea convenientemente atendida.
