Una Iglesia acogedora
Por la plena ciudadanía de las personas migrantes. Reflexión y experiencia compartida
Estamos de estreno. El miércoles 12 de junio, en la sede del Arzobispado de Madrid nos hemos reunido migrantes y gente implicada en el trabajo con migrantes procedentes de las tres diócesis que forman la provincia eclesiástica de Madrid: La propia archidiócesis de Madrid y las de Alcalá de Henares y Getafe, y que ha servido para poner en marcha la Plataforma Interdiocesana de Migraciones de Madrid. Más de un centenar largo de personas, que han desbordado la capacidad de la sala.
No ha nacido porque sí. Es fruto de un trabajo previo de equipos de las Delegaciones de Migraciones de las diócesis y de otras entidades de Iglesia que trabajan a pie de calle entre los migrantes, como nos ha contado Fernando Redondo, Delegado de Migraciones de Getafe, en la presentación del acto, en nombre del equipo que lo ha preparado. Trabajo en red que genera y apoya más trabajo en red, en línea con las propuestas del reciente documento de la Conferencia Episcopal Española sobre la pastoral con migrantes.
El encuentro se ha desarrollado en dos tiempos. El primero ha sido una propuesta de José Luis Segovia, Vicario de la Diócesis de Madrid para el ámbito social (Desarrollo Humano Integral e Innovación, para ser precisos), que ha analizado las peculiaridades de la presencia de los migrantes en España y particularmente en Madrid, cómo los recibe la sociedad en general y cómo trabajamos para ello desde el evangelio en estructuras de Iglesia.
«Aprendamos a trabajar transversalmente.
No para los migrantes,
sino con los migrantes»
No hay que inventar nada, basta con recuperar una tradición secular de acogida y dejar que se traduzca en formas de convivencia de personas y de culturas en nuestros barrios, en nuestras parroquias y en los diferentes grupos. Segovia animó a escuchar la voz de las personas migradas como lugar de Dios que son, a amplificarla para contribuir a la conciencia social de sus derechos, a favorecer los relatos positivos frente a los bulos y, por último, a que nuestra tarea no sea trabajar para ellos sino con ellos.
En el segundo tiempo del encuentro nos hemos encontrado con tres personas que viven la acogida en diferentes lugares y desde uno u otro lado de la experiencia. Tres ejemplos de buenas prácticas encarnados en tres personas.
Una de ellas, ha descrito, con una gran carga humana y personal, la odisea de su aventura de migración, los momentos buenos y malos y la gente que se encontró, precisamente en el ámbito de la Iglesia, que le ayudaron a salir adelante, y que la convirtieron también en agente activo de acogida y apoyo para otros.
La segunda era una persona de origen migrante que trabaja específicamente en el acompañamiento a personas migrantes en parroquias de un barrio madrileño con gran incidencia del fenómeno migratorio. Un acompañamiento que es ayuda práctica y lleva a la inserción en la vida ciudadana y en la vida parroquial, que muchas veces echan de menos.
“Sois tan acogedores que me da mucha rabia que nosotros no sepamos hacer lo mismo”
La última nos contó su experiencia de acogida a migrantes en su propia casa, gente de otras culturas y otras religiones, que la enriquecen y le hacen sentirse a ella afortunada. Le ha movido la experiencia de gente acogedora vivida por ella en una etapa previa de cooperante en américa latina.
El acto siguió con un breve diálogo al hilo de estas experiencias y concluyó con un momento de espiritualidad rezado y cantado.
Habrá más iniciativas comunes de esta recién nacida plataforma.