Eucaristía y Acto Público en la Jornada Mundial de los Pobres 2021
El Papa Francisco nos recuerda que “a los pobres los tienen siempre con Ustedes” y que luchar contra la pobreza no significa “tratar de aliviar nuestra conciencia dando alguna limosna, sino más bien de contrastar la cultura de la indiferencia y la injusticia con la que tratamos a los pobres”.
Organizada desde las delegaciones y entidades diocesanas que trabajan dentro de la pastoral caritativa y social y entre las que está nuestra Delegación Diocesana de Migraciones se ha celebrado este 13 de noviembre a las 11.30 hh. una Eucaristía en la iglesia madre de nuestra diócesis, la Catedral de Santa María Magdalena de Getafe.
No ha podido estar con nosotros D. Ginés, que se encuentra de visita pastoral en las parroquias de Leganés, por lo que la celebración la ha presidido Aurelio Carrasquilla, Vicario de Pastoral Caritativa y Social.
Ha contado con la participación de algunos de los delegados diocesanos, entre ellos, nuestro delegado diocesano de migraciones y, sobre todo, gente que trabaja en las parroquias y en las delegaciones y organizaciones más implicadas directa o indirectamente en dar una respuesta cristiana a la urgencia de la pobreza en el mundo y en nuestro entorno.
Para comenzar se nos ha recordado que “Jesús, que ha asumido todos nuestros sufrimientos y nuestras pobrezas, nos muestra el rostro del Padre, misericordioso y cercano a los pobres, y sigue presente y cercano en sus personas y en sus vidas, en sus sufrimientos e indigencias, en las condiciones tantas veces inhumanas en las que se ven obligados a vivir” y se nos ha invitado a descubrirle dejándonos “evangelizar por los pobres, buscando una verdadera fraternidad, abriendo nuestros corazones y compartiendo nuestras vidas, superando el egoísmo y la indiferencia”.
En la homilía, Aurelio, partiendo de las palabras del Papa, ha situado la acción de la Iglesia ante la pobreza como algo que trasciende lo que podría ser la actividad de una ONG y cómo se manifiesta como un camino de doble sentido, porque los pobres, como ha recordado Francisco, nos evangelizan y tienen mucho que enseñarnos, lo que los sitúa en el centro del camino de la Iglesia que nos descubre a Cristo.
Los pobres no lo son por casualidad ni por el destino, son empobrecidos por el egoísmo y afán de riquezas de muchos otros, pedimos por los gobiernos e instituciones mundiales para que su prioridad sean las personas, especialmente las más pobres y vulnerables, y trabajen por un reparto más justo y equitativo de la riqueza.
Roguemos por todos los cristianos y personas de buena voluntad que trabajan por un mundo mejor, más justo y sostenible para todos y todas, y comparten su vida con los más excluidos para devolverles la dignidad perdida y asegurarles la necesaria inclusión social.
Al acabar la Eucaristía hemos salido todos al exterior del templo, a la plaza, y en torno a la cruz nos hemos concentrado formando uno de esos “círculos de silencio” con los que se significa y testimonia públicamente nuestro compromiso.
Los pobres son sacramento de Cristo
El Papa Francisco nos recuerda que “a los pobres los tienen siempre con ustedes” y luchar contra la pobreza no significa “tratar de aliviar nuestra conciencia dando alguna limosna, sino más bien de contrastar la cultura de la indiferencia y la injusticia con la que tratamos a los pobres”.
A menudo son considerados como personas separadas, como una categoría que requiere un particular servicio caritativo. Seguir a Jesús implica un cambio de mentalidad, acoger el reto de compartir que genera fraternidad.
Los pobres no pueden ser sólo los que reciben, tenemos que descubrir que es lo que nos están dando, muchas veces más de lo que ofrecemos.
Además, los pobres nos evangelizan porque nos permiten redescubrir a los predilectos del Padre y por lo que vamos a ser juzgados.
“Tuve hambre y me disteis de comer…”
Que este año de La Sinodalidad, la concretemos en un caminar juntos
